Consulta de psicología y sexología

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sábado, 9 de agosto de 2008

SEXUALIDAD Y AFECTIVIDAD EN EDADES AVANZADAS


La historia sexual de las personas y su actividad sexual actual es tan diferente de unas a otras, que resulta difícil encontrar patrones comunes a lo largo de la vida. En las personas de mas edad es aún más difícil el sacar conclusiones generales, ya que, a medida que se avanza en años las diferencias entre los individuos son mayores.

Aunque los cambios fisiológicos sexuales asociados a la edad avanzada son muy variables de unas personas a otras, en general permiten mantener la actividad sexual, incluso la coital, a numerosas personas. De hecho, el grado de “satisfacción sexual” no necesariamente disminuye a lo largo de los años, en bastantes casos puede incluso mejorar.

La historia personal de salud es uno de los factores que condiciona la sexualidad al entrar en estas edades. El estado físico general y los problemas de salud concretos, pueden favorecer ó limitar el interés y la actividad sexual durante esta época de la vida. Pero, en general los problemas de salud (infarto, diabetes, hipertensión, etc.) no deberían limitar la actividad sexual tan drásticamente como suelen hacerlo. Muchos de estos problemas son perfectamente compatibles con la actividad sexual e incluso puede ser beneficiosa.

Cuando hay problemas de salud, la frecuencia de las relaciones sexuales tendrá que disminuir, aunque no tiene por qué desaparecer hasta que la persona misma desaparezca. Todo consiste en modificar el repertorio para adaptarse a un estilo amatorio menos vigoroso; utilizando otras modalidades mediante una suficiente capacidad de adaptación.

Sin embargo, el agotamiento físico ó mental es, en general, un factor que limita con más frecuencia el interés por la sexualidad y la posibilidad de llevar a cabo conductas sexuales, en todas las personas y especialmente en las personas de edad.

La situación económica en general y las preocupaciones económicas en particular, tienen una gran importancia porque arrastran multitud de factores que influyen en la actividad sexual. El estilo de vida, la alimentación, la salud, etc., guardan una estrecha relación con la situación económica. Las preocupaciones económicas pueden afectar especialmente al deseo sexual en ambos sexos y la capacidad de erección del varón.

La historia sexual que ha tenido la persona mayor cuando era joven y adulto, condicionará su sexualidad en esta etapa. En general puede decirse que una vida rica en actividad sexual satisfactoria y con cierta constancia a lo largo del tiempo, proporcionará una vida sexual más rica y satisfactoria al llegar a esta edad.

Si bien, las capacidades e intereses sexuales sufren cambios similares a otras facultades humanas; evidentemente, el ejercicio y la satisfacción mejoran el rendimiento y el mantenimiento del interés y la propia satisfacción con dichas actividades.

En este sentido, una historia sexual pobre, con comienzo tardío de la actividad sexual, relaciones muy esporádicas o relaciones monótonas y poco satisfactorias, tiende a debilitar el deseo sexual y las propias capacidades sexuales.

De la misma manera, una actitud negativa hacia la sexualidad favorece el desinterés por esta, propiciando la reducción de la actividad sexual y la insatisfacción sexual en todas las edades, pero muy especialmente en esta fase de la vida.

Una de las características de la conducta sexualidad en nuestros mayores es que los "viejos" ocultan sus deseos y manifestaciones sexuales a los jóvenes y adultos, porque estos niegan la sexualidad a esta edad y critican a los "viejos" que se interesan por ella. Esto tiene un peso aún mayor en el caso de las mujeres, porque la sexualidad de las mujeres "viejas" es todavía mas perseguida y  menospreciada.

Las nuevas generaciones de "mayores", al menos una parte importante de ellos, vive condiciones anteriormente desconocidas en otros tiempos (cierto bienestar, mayor independencia de la familia y de la moral, nuevas libertades, etc.).  Sin embargo, tienen que inventar nuevas pautas de comportamiento por este mismo motivo; al ser las primeras generaciones que se enfrentan a esta situación, la sociedad y ellos mismos no están bien preparados para la misma.

CONSEJOS 

Lo usas ó lo pierdes: la actividad sexual favorece el mantenimiento de la capacidad de erección en el varón y de lubricación vaginal en la mujer.

Usar moderadamente el alcohol y evitar fumar. El fumar aumenta el deterioro respiratorio y de las arterias, favorece la impotencia en el varón.

Controlar el peso favorece el mantenimiento de las capacidades sexuales. La persona que llega a estas edades solamente parecerá fea y poco atractiva si se abandona. La familiaridad y la experiencia compensan suficientemente la falta de figura clamorosa. Por otra parte la obesidad desfigurativa, la falta de aseo o la súbita adopción de un vestuario senil, puede producir decepción  y incluso provocar la abstención de la sexualidad.

Vicente Gascón

Psicólogo - Sexólogo

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