Consulta de psicología y sexología

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sábado, 2 de noviembre de 2013

MASAJE ERÓTICO

El masaje es quizá la mejor y más sencilla forma de relajar el cuerpo. Establece una profunda comunicación entre los cuerpos de las personas, respondiendo así a la necesidad más básica de las relaciones interpersonales como es el intercambio de afecto.
El ambiente debe ser relajante y distendido, con iluminación suave, temperatura cálida y sonido ambiental sin estridencias. Ambos participantes deben estar totalmente desnudos y haber establecido una unión sentimental aunque no sea imprescindible que lo consideren amor.
Para dar un buen masaje sexual hace falta tener sensualidad y ligereza natural, se va mejorando la técnica y aprendiendo a no agarrar, pellizcar, hacer daño ni irritar. El comienzo es suave y aumenta progresivamente en intensidad, presión y frecuencia. Puede aplicarse con las manos, los dedos, los labios o incluso con todo el cuerpo, y es imprescindible que se disponga de suficiente tiempo para permitir un acercamiento relajado y sin presiones.
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El masaje sexual debe establecer un equilibrio entre los dos lados del cuerpo, evitando que la estimulación de uno de ellos deje al otro a la espera de su parte. De lo contrario, el cerebro recibe una señal diferente de las dos mitades del cuerpo.
La parte del cuerpo que se suele olvidar más a menudo es la zona de la rabadilla y las nalgas, que es sumamente erógena. Se puede acariciar el cuello, la espalda, las nalgas, la rabadilla (que en el hombre produce una erección casi inmediata). El masaje no debe considerarse como la única actividad precursora del coito, puede combinarse con otras, por ejemplo con la propia penetración.
Para hacer que tu masaje erótico sea realmente especial, conviértelo en un ritual energético. Al comenzar, utiliza los dedos índices y medio de la mano izquierda para tocar la cabeza, frente, ojos, garganta, lóbulos del oído, pechos, antebrazos, corazón, ombligo, muslos, genitales y pies de tu pareja. El contacto cargará estos sitios con la energía vital de transformación.
Frota las manos para calentarlas, luego colócalas sobre la cabeza o los pies de tu pareja. Armoniza tu respiración con la de tu amante y recuerda usar el control respiratorio para ayudarte con la concentración, Inhala profundamente, mantén la respiración sin tensar el cuerpo durante uno o dos segundos y después exhala por completo. La clave es canalizar energía de todo tu cuerpo y visualizar cómo esta energía surge a través de las puntas de tus dedos. Ten en mente que el contacto tiene un gran potencial tanto curativo como vital.
El límite del masaje en la vía de progreso hacia el coito, dependerá de la compañía y del lugar donde se esté. Es la forma más agradable y sutil de introducción en la vía sensorial y un medio excelente para aprender a aceptar el propio cuero y el de los demás. En algunos casos el masaje sexual es aceptado mejor con los ojos vendados.
Acaricia larga y suavemente con la palma de la mano la espalda hasta las nalgas, aprieta la piel de las nalgas y continua bajando por los muslos, con la punta de los dedos y ligeramente, para despertar la pasión.
La pareja tendida boca arriba y relajada. Arrodíllate a un lado, a la altura de su pecho. Sostén su brazo ligeramente en alto, con suavidad, acarícialo. Respira profunda y tranquilamente. Masajea suavemente el brazo desde la muñeca hasta los hombros, a medida que te acercas a la parte superior, ábrelas manos y haz el masaje con más intensidad. Después, acaricia suavemente el interior de las muñecas. Coloca su antebrazo hacia fuera y dale un masaje con la punta de los pulgares, con movimientos circulares, le provocará un estremecimiento de placer en la espalda. Después, sacude su brazo y extiéndelo suavemente debajo de su cabeza. Arrodíllate detrás y estíralo con suavidad. Ahora, fricciona de arriba abajo con ambas manos. Coges su mano y ciérrala sobre tu mano izquierda. Con tu mano derecha, haz un suave masaje en sus tendones. Recorre sus surcos con el pulgar. Termina acariciándole el dorso de la mano dibujando pequeños círculos con tus pulgares. Haz lo mismo con el otro brazo.

AFRODISÍACOS

Se denominan afrodisíacos a ciertas drogas o sustancias, generalmente comestibles, que se supone aumentan el deseo o la potencia sexual.
Los afrodisíacos no son un invento de los hippies en los años sesenta, ni de nuestra clase mendiga o poderosa.
Hace miles de años en el antiguo Egipto, Grecia, Roma, Persia, India, etc., los hombres acudían ya a estas sustancias con la esperanza de que les permitirían mantener o aumentar su virilidad por muy debilitado que estuviera.
Las cortesanas de todas las culturas y épocas han utilizado también estas sustancias para conquistar a clientes, sean gente de poder, de fama o de dinero, o cotidianos degustadores del sexo barato.
Se atribuyen efectos afrodisíacos a múltiples sustancias:
Alimentos (trufas francesas, ostras, espárragos, caviar, chocolates, apio, ajos, habas, chile, etc.)
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Substancias extraídas de animales (la cantárida, polvo que proviene de un escarabajo seco más conocido como mosca española), el cuerno del rinoceronte, el pene del león en polvo, los huesos de rana, los testículos del toro, etc.
O los modernos aceites erotizantes y los “green M&Ms”.
A pesar del legendario uso de los afrodisíacos desde hace miles de años, lo cierto es que no se ha descubierto la sustancia ideal que active la química cerebral con el fin de mejorar el impulso sexual.
Las sustancias más cercanas a tal finalidad son drogas que pueden crear hábito en la persona o con diversos y serios efectos secundarios.
Los mitos sobre los afrodisíacos suelen generar en el consumidor expectativas que actúan a modo de sugestión.
Los andrógenos (hormonas sexuales masculinas que se producen en los testículos y en las glándulas suprarrenales) no parece que tengan efectos de interés en la potencia o en el deseo sexual, cuando los ingieren hombres con un nivel normal de testosterona.
Más seguros son los efectos secundarios de estas hormonas: en la mujer, la presencia de bigote y acné; en el hombre propicia cáncer de próstata, así como trastornos cerebrales y vasculares, por lo que no se recomienda su utilización.
Algunas sustancias, como la marihuana y el alcohol infunden en el que las toma sensaciones de bienestar, de relajación física y mental. No está claro su efecto sobre la libido, pero sí tienen un efecto desinhibidor que libera de las ataduras morales así como de los prejuicios sociales.
AFRODISIACOS NATURALES
HONGOS: El hongo Reishi, conocido como el hongo de la inmortalidad durante algún tiempo era reservado para uso exclusivo de la familia Imperial china.
GINKGO BILOBA: Mantiene el órgano viril en plena forma, una y otra vez, por lo que se puede repetir si la pareja lo desea.
ALETA DE TIBURÓN: Plato típico chino, favorece la fecundidad.
JALEA REAL. Es un estimulante en general y por supuesto genital, tarda algo en hacer efecto, pero los resultados son seguros y prolongados.
AZÚCAR MORENO: Una ligera hiperglucemia es beneficiosa para el amor, la falta de azúcar provoca una mayor producción de adrenalina y esta hormona bloquea cualquier respuesta favorable al sexo.
APIO: Actúa sobre el sistema urinario, con moderado efecto afrodisiaco, sobre todo su caldo. Unido a la remolacha aumenta su efecto, pero con la lechuga se anulan.
AVELLANA: Es Costumbre ofrecerlas en los banquetes de boda  o colocarlas en la habitación de los recién casados.
CANELA. Añadida a los licores suaves el efecto es seguro e inmediato.
CEBOLLA: y también el ajo, ambos condimentos usados frecuentemente por los árabes.
CLAVO: Usada como condimento y en la bebida.
FRAMBUESA: Es más adecuada para la mujer ya que contribuye a relajar los órganos sexuales y facilita el acto amoroso en el varón.
GINSENG: Un té tibio, quince minutos antes de empezar la sesión.
HIGO: Los antiguos egipcios y los dioses griegos aparecían siempre con collares de higos, e incluso llegaron a considerar sagrada la higuera.
MALVA: Tomándola en infusión nos relaja la tensión, al mismo tiempo que aumenta la pasión.
MANZANA: Primer afrodisiaco conocido, a Eva le dio muy buenos resultados.
MENTA: Los combinados con pipermín han sido muy famosos estimulantes del amor.
MUÉRDAGO. Sirve para ahuyentar los demonios y como filtro de amor.
NUEZ:  Fruto presente en las noches de bodas y habitual de los postres chinos.
PIMIENTA. Remedio rápido e infalible, se añade al zumo de tomate o alguna bebida.
PEREJIL: Imprescindible en las ensaladas de amor
PISTACHO- Mezclado co0n avellanas e higos
ROMERO: Unido a la menta en infusión es un tonificante para después de la cena
TRUFA: Alimento eficaz aunque caro
SALVIA: En la Grecia antigua se decía que daba la vida eterna, aunque su efecto mas buscado era para el placer.
ALCACHOFA: Sirve para mantenerse en forma
PLÁTANO: Nos repone las fuerzas para intentarlo de nuevo.
DÁTIL: La seguridad de su efecto es total.
POLEN: Tarda en hacer efecto al menos cinco días.
AGUACATE: En Méjico es considerado un buen estimulante.
AVENA: Los copos de avena son útiles para elevar el entusiasmo en la mujer, pero en el hombre apenas si tienen efecto.
CHOCOLATE: Atribuyen la fogosidad latina al consumo del chocolate.
PIPAS DE CALABAZA:  Actúa más que nada en los varones sin fuerza.
CEREZA. Su hueso triturado contiene la vitamina B15 de la cual se dice que hace a la gente eternamente joven.
GAMBA Y MARISCOS: Favorece para volver a empezar.
MIEL: Era costumbre regalar a los novios jarras con miel para que tuvieran éxito las primeras relaciones.
REGALIZ: La mujer que come regaliz es apasionada.
DIENTE DE LEÓN: Potente restaurador de las energías perdidas
FRESA: Estimula de manera directa las glándulas endocrinas y el sistema nervioso.
LECHUGA: No la tomes para hacer el amor, pues te dormirás en sus brazos.
POLEO: Es útil para las mujeres, pues estimula las hormonas femeninas. Para los hombres mejor el café.
SOJA: Suele restaurar las disfunciones sexuales.
VITAMINAS C Y E: La vitamina E actúa directamente sobre los órganos reproductores y la C sobre las glándulas endocrinas:

COMUNICACIÓN ÍNTIMA A TRAVÉS DE LA MIRADA

Desde tiempos inmemoriales se ha dicho que los ojos son las ventanas del alma. Sin duda, nos pro­porcionan muchas indicaciones sobre el estado in­terno del individuo, tanto físico como psíquico. Por esta razón se enseña a los médicos a examinar los ojos de sus pacientes como método auxiliar de diag­nóstico, y los maestros tántricos examinan los ojos de sus futuros discípulos para determinar sus necesidades.
Las enseñanzas tántricas enumeran cuatro tipos principales de «miradas», asociados con las diferen­tes posiciones de los ojos y con las prácticas respi­ratorias. En la mirada de voleo del Tantra, los ojos miran hacia arriba, hacia la frente, al tiempo que se exhala la respiración. En la mirada de sumisión, los ojos miran hacia la izquierda, durante la aspiración. En la mirada de evocación, los dos ojos miran hacia la derecha y ligeramente hacia arriba, mien­tras se retiene el aliento. Finalmente, la mirada petrificante o «que causa rigidez» es central, miran­do hacia la punta de la nariz, respirando relajada­mente y estando inmóvil. Estas técnicas, conocidas desde hace mucho tiempo por los yoguis tántricos, solamente son conocidas en Occidente por los hip­notizadores y magos profesionales, así como por los vendedores expertos y los embaucadores. Para que estas miradas sean realmente eficaces, deben acompañarse de determinadas técnicas de medita­ción. Afortunadamente, estas técnicas han sido guardadas, en su mayor parte, en secreto.
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Prueba este ejercicio con tu pereja, bastarán unos diez o quince minutos. Para hacerlo has de desconectar los teléfonos y aseguraros de que nadie os interrumpirá. Escoger un sitio cómodo para estar sentados uno frente al otro, incluso puedes utilizar una música ambiental de fondo.
Esto os ayudará a conectar profundamente el uno con el otro, sin expectativas, sin pretensiones, simplemente dejarse sumergir en el interior del otro, como si le estuvieses contemplando desde su interior.
Cierra los ojos y contempla tu interior. ¿Tienes la mente repleta de planes, proyectos, preocupaciones sobre tus relaciones con los demás? Esfuérzate por dejar de lado estos pensamientos que te distraen y concéntrate en la respiración.
Sin hacer ningún esfuerzo, procura que esta sea cada vez más profunda y lenta. La lengua flotará dentro de la boca. Relaja los músculos alrededor de los ojos. Al centrarte en estas sensaciones internas, te darás cuenta de que las tensiones del día se van disipando.
Concéntrate de nuevo en la respiración, en cada fase de ésta, cada vez que notes que te has distraído. Al cabo de unos minutos comprueba qué sucede al llevar a cabo la simple acción de sonreírte a ti mismo. Levanta ligeramente las comisuras de los labios. Comprueba cómo cambia tu estado de ánimo esta sonrisa.
Siente el resplandor de la sonrisa de Monalisa en tu interior. Imagina lo bien que te sientes cuando alguien te mira y te sonría. Recuerda estas sensaciones y deja que se desarrollen en tu interior. Adepta la posibilidad de que éste puede ser el momento adecuado para sentirte bien contigo mismo.
Establece contacto con el amante interior y con el dios interno. Esto te proporcionará la sensación de belleza, la certeza de que en el origen de tu ser no hay contradicciones. Ésta es la sonrisa de la indulgencia y la comprensión.
Este resplandor interior ha de pasar al rostro, cuando notes que ha ocurrido, abres los ojos y compártelo con tu pareja. Si está con los ojos cerrados, continúa mirando, notando como se difunde nuestro resplandor. Espera a que el otro abra los ojos.
Miraos a partir de esta sonrisa compartida. Comprobar que es maravilloso conocer al otro de esta forma y recibir el resplandor que transmite. Experimenta esta sonrisa todo le tiempo que dure, sin forzarla, después vuelve a cerrar los ojos.
Finalizar con un saludo y un profundo y relajado abrazo.

ESTIMULACIÓN DEL PUNTO G

Después de que la mujer adquiere cierta experiencia, un año por ejemplo de frecuentes actos sexuales, la pared frontal de la vagina ubicada ente la vejiga y el conducto vaginal, se vuelve muy sensible. Esto se debe a la existencia del punto G o próstata femenina, que desempeña una función sexual de primordial importancia en el orgasmo vaginal. Cuando se estimula con fuerza desencadena una reacción muscular y nerviosa que repercute a través del nervio pelviano en el útero. A este fenómeno se le conoce como orgasmo vaginal en oposición al orgasmo clitorídeo ambos se encuentran ampliamente explicados en los capítulos correspondientes.
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Si deseas producirte a ti misma o que tu pareja te suscite este tipo de orgasmo, es necesario que aprendas a aislar la estimulación, es decir, que sólo estimule el punto G y que no estimule accidentalmente el clítoris; lo cual es bastante difícil a través de la penetración normal. Las mujeres que disfrutan de este tipo de orgasmo señalan que cuando se mezcla con el orgasmo clitorídeo se disfruta con más intensidad; pero para aislar las sensaciones y disfrutar exclusivamente de este tipo de orgasmo utiliza las siguientes técnicas:
Estimulación manual
Cuando lo hayas localizado el punto G, frótalo con tu dedo como si estuvieras acariciando el clítoris pero con mucha más fuerza. Sentirás una pequeña protuberancia del tamaño de un haba y ligeramente áspera, insiste hasta que por fin llegue el orgasmo.
Muchas veces el punto G pasa inadvertido porque en su estado normal es relativamente pequeño y difícil de localizar, sobre todo teniendo en cuenta que no se puede ver. Ahora bien, tratar de localizarlo boca arriba es muy difícil debido a que la fuerza de la gravedad tiende a empujar los órganos internos hacia abajo y lejos de la abertura vaginal. La posición sentada o agachada sería mejor. Antes de intentar localizarlo es conveniente que la mujer orine antes, pues puede estimular la vejiga y producirle necesidad de orinar. Explora con los dedos la pared frontal de la vagina aplicando una firme presión hacia arriba, y con la otra mano es útil aplicar simultáneamente una presión hacia abajo sobre el abdomen, justo por encima del hueso del pubis. Cuando se estimula el punto G y éste empieza a hincharse, la zona se percibe con frecuencia como una pequeña protuberancia entre los dedos Las sensaciones cesan en cuanto apartas los dedos. El punto G se percibe con el dedo como una pequeña alubia y cuando se estimula puede alcanzar mayor tamaño.
Una vez logrado, sigue acariciando la zona con firmeza; esto te producirá una sensación moderadamente agradable y es posible que percibas unas punzadas o contracciones en el útero. Trata de estimular el punto como si éste fuera el clítoris, es decir con el mismo tipo de movimiento, pero con más fuerza. Poco a poco irás superando los deseos de orinar, trata de no preocuparte por esto. Colócate en una cama o en un lugar en el cual te sientas cómoda. Sigue estimulando la zona arrodillada o sentada sobre los pies con las rodillas separadas. Es posible que entonces alcances un orgasmo distinto del clitorídeo, trata de percibir las diferencias.
Estimulación Fálica
Intenta todas las formas de penetración que le permitan la estimulación del punto G. Son todas las penetraciones desde atrás o sus equivalentes.
Ahora bien para lograr el máximo de placer trata de producir un orgasmo mezclado. Para ello sólo tendrás que estimular el clítoris, ya sea con la boca o con las manos. Cuando aprendas a dominar este arte y tu mujer a percibir las sensaciones que produce, ambos habréis dado un paso importante en el juego del amor.