Consulta de psicología y sexología

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lunes, 4 de abril de 2011

PROLONGAR EL ACTO SEXUAL

El sexo puede ser una profunda culminación, y el sexo puede lanzarte de vuelta a tu totalidad, a tu ser natural, real, por muchas razones. El sexo es un acto total, eres lanzado fuera de tu mente, de tu ajuste. Por eso hay tanto miedo al sexo. Estás identificado con la mente, y el sexo es un acto no-mental. Te quedas sin cabeza; no tienes cabeza durante el acto. No hay ningún razonamiento, ningún proceso mental. Y si hay algún proceso mental, no hay acto sexual real, auténtico. Entonces no hay orgasmo, no hay culminación. Entonces el acto sexual se vuelve una cosa local, algo cerebral, y eso es en lo que se ha convertido.
Por todo el mundo, tanto anhelo, tanto deseo de sexo, no es porque el mundo se haya vuelto más sexual. Es porque ni siquiera puedes disfrutar el sexo como un acto total. El mundo era más sexual antes. Por eso no había tanto anhelo de sexo. Este anhelo muestra que falta lo real y sólo hay lo falso. Toda la mente moderna se ha vuelto sexual porque el acto sexual mismo ya no existe. Incluso el acto sexual es transferido a la mente. Se ha vuelto mental; piensas en ello.
El tantra usa el acto sexual para volverle total, pero entonces tienes que entrar en él muy meditativamente. Entonces tienes que entrar en él olvidándote de todo lo que has oído sobre el sexo, todo lo que la sociedad te ha dicho. Olvídalo todo y enfráscate en ello con totalidad. ¡Olvídate de controlar! El control es la barrera. Antes bien, sé poseído por ello; no lo controles. Entra en ello como si te hubieras vuelto loco. El estado de «no-mente» parece locura. Vuélvete el cuerpo, vuélvete el animal, porque el animal es total. Y tal como es el hombre moderno, sólo el sexo parece ser la posibilidad más fácil para hacerte total, porque el sexo es el centro biológico más profundo que hay dentro de ti. Has nacido de él. Cada una de tus células es una célula sexual; todo tu cuerpo es un fenómeno de energía sexual.
Para ti, el acto sexual es un desahogo. De modo que cuando entras en él tienes prisa. Sólo quieres desahogarte. Soltarás la energía desbordante; te quedarás en calma. Esta calma es un tipo de debilidad. La energía desbordante crea tensiones, excitación. Sientes que tienes que hacer algo. Cuando has soltado la energía, te sientes débil. Puede que esta debilidad te parezca una relajación. Como ya no hay excitación, como ya no hay energía desbordante, puedes relajarte. Pero esta relajación es una relajación negativa. Si sólo te puedes relajar tirando energía, el precio es muy alto. Y esta relajación sólo puede ser física. No puede ir más profundo y no puede volverse espiritual.
No tengas prisas y no anheles el final: permanece en el principio. El acto sexual tiene dos partes: el principio y el final. Permanece en el principio. La parte inicial es más relajada, cálida. Pero no tengas prisa por llegar al final. Olvídate completamente del final.
Mientras estés desbordante, no estés pensando en el desahogo; permanece con esta energía desbordante. No busques la eyaculación; olvídate completamente de ella. Sé total en este cálido principio. Permanece con tu amada o tu amante como si os hubieseis vuelto uno. Crea un círculo.
Dos amantes que se unen pueden crear tres figuras geométricas. Puede que incluso lo hayas leído o hayas visto una antigua imagen alquímica en la que hay un hombre y una mujer desnudos dentro de tres figuras geométricas. Una figura es un cuadrado, otra figura es un triángulo y la tercera es un círculo.
Normalmente, cuando estás en el acto sexual, hay cuatro personas, no dos, y esto es un cuadrado: hay cuatro ángulos, porque tú mismo estás dividido en dos..., en la parte que piensa y la parte que siente. Tu pareja también está dividida en dos. No se están uniendo dos personas; se están uniendo cuatro personas. Es un gentío y, verdaderamente, no puede haber ninguna unión profunda. Hay cuatro esquinas, y la unión es simplemente falsa. Parece una unión, pero no la hay. No puede haber comunión, porque tu parte más profunda está oculta y la parte oculta de tu amada también está oculta. Sólo se están juntando dos cabezas, sólo se están uniendo dos procesos de pensamiento, no dos procesos de sentir. Éstos están ocultos.
El segundo tipo de unión puede ser como un triángulo. Sois dos: dos ángulos en la base. Durante un momento súbito, os hacéis uno, como el tercer ángulo del triángulo. Durante un momento súbito, dejáis de ser dos y os hacéis uno. Esto es mejor que una unión cuadrada, porque al menos por un momento hay unidad. Esa unidad te da salud, vitalidad. Te sientes vivo y joven de nuevo.
Pero la tercera es la mejor, y es la unión tántrica: os volvéis un círculo. No hay ángulos, y la unión no es sólo durante un momento. La unión es verdaderamente intemporal; no hay tiempo en ella. Y esto sólo puede suceder si no estás buscando la eyaculación. Si estás buscando la eyaculación, entonces se volverá una unión triangular, porque en el momento en que hay eyaculación se pierde el punto de contacto.
Primero, no consideres el acto sexual como una forma de llegar a alguna parte. No lo consideres un medio; es el fin en sí mismo. Segundo, no pienses en el futuro, permanece en el presente. Y si no puedes permanecer en el presente al principio del acto sexual, entonces nunca puedes permanecer en el presente, porque la naturaleza misma del acto es tal que eres arrojado al presente.
Permanece en el presente. Disfruta la unión de dos cuerpos, dos almas, y fundíos el uno en el otro, disolveos el uno en el otro. Olvida que estás yendo a alguna parte. Permanece en el momento sin ir a ninguna parte, y fúndete. El calor, el amor, debería convertirse en una situación para que dos personas se fundan la una en la otra. Por eso, si no hay amor, el acto sexual es un acto apresurado. Estás usando al otro; el otro es sólo un medio. Y el otro te está usando a ti. Os estáis explotando el uno al otro, no estáis fundiéndoos el uno en el otro. Con amor te puedes fundir. Esta fusión al principio te hará comprender muchas cosas.
Si no tienes prisa por finalizar el acto, poco a poco el acto se vuelve menos y menos sexual, y más y más espiritual. Los órganos sexuales también se funden el uno en el otro. Se da una comunión profunda, silenciosa, entre dos energías corporales, y entonces podéis permanecer unidos durante horas seguidas. Esta unión se hace más y más profunda según pasa el tiempo. Pero no pienses. Permanece en el momento, profundamente fusionado. Se convierte en un éxtasis, un samadhi, consciencia cósmica. Y si puedes conocer esto, si puedes sentir y percibir esto, tu mente sexual se volverá no-sexual.
El tantra dice que no intentes escapar; no hay escape posible. Antes bien, usa la naturaleza misma para trascender. No luches; acepta la naturaleza para trascenderla. Si esta comunión con tu amada o tu amante se prolonga sin pensar en acabarla, entonces puedes permanecer en el principio. La excitación es energía. Puedes perderla; puedes llegar a un clímax. Entonces la energía se pierde, y a esto le seguirá una depresión, una debilidad. Puede que te parezca una relajación, pero es negativa.
El tantra te ofrece una dimensión de una relajación más elevada que es positiva. Los dos amantes, fundiéndose, se dan energía vital el uno al otro. Se vuelven un círculo, y su energía comienza a moverse en círculo. Se están dando vida el uno al otro, vida renovadora. No se pierde nada de energía. Antes bien, se gana más energía, porque mediante el contacto con el sexo opuesto, cada una de tus células es estimulada, excitada. Y si podéis fundiros en esa excitación sin llevarla a un clímax, si podéis permanecer en el principio sin acaloraros, permaneciendo simplemente cálidos, entonces se unirán dos «calidades» y podréis prolongar el acto durante muchísimo tiempo. Sin eyaculación, sin tirar energía, se vuelve una meditación, y mediante ella os volvéis totales. Mediante ella, vuestra personalidad dividida deja de estar dividida; queda unida.
Toda neurosis es una división. Si estás «unido» de nuevo, te vuelves de nuevo un niño: inocente. Y una vez que conoces esta inocencia, puedes seguir comportándote en tu sociedad tal como ésta requiere. Pero ahora este comportamiento es tan sólo una representación, una actuación. No estás involucrado, en ello. Es un requerimiento, así que lo haces. Pero no estás en ello; sólo estás actuando.

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