Consulta de psicología y sexología

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sábado, 24 de septiembre de 2011

“EL MIEDO AL ÉXITO SEXUAL”


Hay personas que por más que tienden a quejarse de sus fracasos sexuales, están en realidad, asustados por el éxito sexual y romántico.
Para Freud el éxito se equipara simbólicamente con una competición inmoral y peligrosa con el progenitor del mismo sexo, cuyos objetivos con la realización sexual y el poder; incluyendo rivalidades no resueltas entre hermanos como factores etiológicos en la angustia frente al éxito.
Sullivan considera que los conflictos referentes al éxito, el placer y la intimidad se generan en la primera infancia a causa de reacciones emocionales negativas de los “otros significativos” ante el éxito y la competición: si la felicidad, el éxito y el placer sexual de niño despiertan en sus padres angustia, cólera o conflicto, éste adquirirá una respuesta interior negativa ante su propio éxito.
El análisis transaccional sintetiza las ideas anteriores, y las reelabora en términos de mensajes e imposiciones no verbales que programan al niño mientras se encuentra en una etapa vulnerable de su evolución. De adultos tienen a actuar según los guiones que le fueron asignados de pequeño.
El miedo al éxito puede considerarse como producto de un desarrollo defectuoso del superyo. Los que padecen miedos inconscientes al éxito y al placer actúan como si no hubieran rectificado los dictados de una conciencia inmadura o deformada, no se han cuestionado los valores que les enseñaron. Para un niño, el bien equivale al placer y la aprobación de los padres, y el mal al enfado o la desaprobación. Los padres patológicamente competitivos con sus hijos reaccionan incómodamente ante el éxito y el placer de éstos.
Estos miedos no son antecedentes específicos de las disfunciones sexuales. Una persona que su miedo al éxito se activa frente al éxito de una relación sexual o amorosa puede destruir su respuesta sexual preguntándose si será capaz de funcionar esa noche. Son instrumentos capaces de menoscabar la respuesta sexual. El miedo inconsciente al éxito se movilizará típicamente cuando la persona se aproxima a su objetivo sexual y romántico, saboteándolo de las muchas maneras posibles.
Las personas no se dan cuenta conscientemente de que tienen miedo al éxito y al placer. De lo que tienen conciencia es de su miedo al fracaso y no admitirán que lo que les asusta es el triunfo. Este miedo al éxito afecta a todos los aspectos de la vida. A veces, es leve y se limita a aspectos triviales, triunfando en los aspectos más importantes.
La vida de las personas afectadas de fobia al éxito muestra unas pautas características de fluctuación en la función inhibida. Muestran un gran esfuerzo para llegar al objeto deseado; mientras están lejos del objeto están libres de conflicto. Pero cuando se van acercando, encuentran la manera de sabotearlo, obsesionándose con el riesgo de perderlo. Normalmente son peligros simbólicos, no reales, pero son muy específicos y se pueden cuantificar y predecir.
Muchas personas se sitúan en una “zona cómoda” psíquica, entre el éxito y el fracaso. Cuando cae por debajo de esta línea se movilizan las ansiedades y se esfuerzan por lograr el empeño, pero cuando las cosas se ponen demasiado bien, vuelve el autosabotaje. Por otra parte, darse cuenta conscientemente de la angustia frente al éxito no asegura el cambio de la pauta autodestructiva.
Todas las fases de la respuesta sexual pueden resultar afectadas por el miedo inconsciente al éxito. Cuando la angustia es leve afecta a la fase orgásmica. Con temores graves al amor, al contacto sexual y la intimidad, suelen ser incapaces de sentir deseo ante una pareja atractiva y adecuada.
El temor al éxito se pone de manifiesto en las resistencias y en la imposibilidad de mejorar durante el tratamiento terapéutico y en una historia de fluctuaciones características en el funcionamiento romántico y sexual. Estas fluctuaciones sirven para preservar la zona de comodidad erótica, delimitada por la depresión ante el fracaso y el miedo a ala soledad, y por otro lado por la angustia ante el éxito en lo romántico y sexual.
El tratamiento se orienta siempre en el sentido de tratar de modificar la causa inmediata del problema clínico. Se les enseña focalización sensorial, la utilización de la fantasía y la comunicación entre la pareja. El objetivo principal será siempre propiciar la comprensión de este mecanismo patógeno inmediato. La experiencia de disfrutar del placer sin las consecuencias negativas anticipadas puede liberar al paciente; el objetivo es incrementar la tolerancia del paciente a la intensidad y duración de la experiencia del placer y el éxito.
A veces, es necesario más tiempo y más estímulo antes de poder integrar el nuevo comportamiento placentero. Reconocer la existencia de la ansiedad ante el éxito no basta, entonces, para curar el síntoma, es necesario resolver algunos problemas subyacentes, los orígenes del miedo, antes que el paciente sea capaz de funcionar.
Los ejercicios se emplean para elevar el nivel de conciencia del paciente hasta que advierta la ansiedad que le despierta el progreso del placer. El reconocimiento de las sensaciones de ansiedad que experimenta cuando las cosas van bien, facilita que pueda aprender a controlar sus impulsos a autosabotearse en esos momentos.
La explotación terapéutica en este marco, tiende a movilizar intensas resistencias, por lo cual seria más fructífero trabajar a largo plazo. En los tratamientos breves son adecuadas las interpretaciones destinadas a favorecer en el paciente la percepción y la comprensión de la existencia, en sí mismo, de una conciencia rígida y punitiva, así como de la indagación de su origen.
El miedo al éxito puede presentarse tanto en el paciente sintomático como en su pareja, debiéndose tratar a ambos para que pueda llegar a resolverse.

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