Este ejercicio lo puede realizar tanto el hombre como la
mujer.
Prepárate para tu momento de placer adecuando el espacio
y asegurándote que no te pueda molestar nadie ni nada.
Desnudo y acomodado, comienza a acariciarte el cuerpo
bajando lenta y progresivamente desde la cara y los cabellos, detente a
percibir el contacto de tus dedos con el cuerpo, hasta llegar a la zona genital
(utiliza tus dos manos). Siente el contacto con estas partes más sensibles y
suaves, sin olvidar de los muslos y parte interior de las piernas. Al sentir la
erección, detente un momento y vuelve a tocar los muslos, abdomen, pecho y
cara, sintiendo el placer del contacto con su cuerpo.
Continúa de nuevo acariciando suavemente los genitales,
al principio lenta y sensualmente y después según aumenta las sensaciones
sexuales incremente la presión. Utiliza lubrificante para acentuar las
sensaciones tocando con los dedos resbaladizos.
Para la mujer, acaricia lenta y suavemente los labios
vaginales explorando las sensaciones agradables de esta zona, acaricia los
labios mayores y menores, el clítoris y el interior de la vagina, hazlo al
principio suavemente y luego incrementando la presión a medida que aumenta tu
tensión sexual. Utiliza tu propia lubrificación o el gel lubrificante para
cubrir el clítoris y acentuar las gratas sensaciones al tocarlo con los dedos
suaves y resbaladizos.
Puedes acentuar las sensaciones sexuales moviendo
rítmicamente la pelvis, empujando hacia atrás y hacia delante.
Toca el pene cubierto de lubrificante. Respira
rítmicamente incrementando la tensión sexual. Cuando te sientas cerca del
orgasmo, detente, deja de tocar tus genitales y respirando lentamente hasta
notar que la tensión sexual se reduce. Antes de que la excitación se reduzca
totalmente, vuelve a acariciarte los genitales para recuperar la excitación. De
nuevo, cuando sientas llegar al punto de no retorno del orgasmo, deja de
acariciarte y respira lentamente bajando el nivel de excitación. Repite hasta
tres veces esta secuencia y luego estimula tus genitales hasta llegar al
orgasmo y eyacular.
Utiliza tu respiración para extender la sensación
orgásmica por tu cuerpo y recuperar la calma.
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