viernes, 7 de marzo de 2014
DIÁLOGO GENITAL
Este es un ejercicio para vencer la
timidez o vergüenza a desarrollar el auto placer en presencia de la pareja.
Para ello has de preparar no solamente un espacio, un tiempo y tu cuerpo, sino
también un lenguaje personal.
Así que has de buscar un nombre especial
a tus genitales, un nombre con un significado especial, feliz y positivo, o de
forma más poética. Utiliza expresiones con connotaciones de júbilo y alegría,
utilizando la exageración como dispositivo para conseguir la jovialidad en un
terreno muchas veces marcado por la tensión y los sentimientos negativos. Al
principio este lenguaje te puede resultar incómodo, pero poco a poco añadirán
un toque especial a tus relaciones sexuales.
Utilizando un entrono adecuado, ambos
miembros de la pareja realizáis el ejercicio desnudos. Utilizar 30 minutos para
el diálogo, eligiendo quien será A y quién B. Os sentáis enfrente uno del otro.
Os cojeéis los propios genitales, notando su calidez, respirando hacia ellos.
“A” cierra los ojos un momento y nota
que está escuchando a esta parte de su cuerpo, como si le transmitiera un
mensaje importante. “B” permanece en silencio esperando que el otro comience.
“A” deja que por su mente pasen
distintas imágenes, recuerdos del pasado, sensaciones sexuales experimentadas y
deja que estas imágenes se fundan en una especie de historia vivida. Se prepara
para dar voz a su pene o vagina, como si estos pudieran hablar a través de uno
mismo.
“A” abre los ojos y permanece en
contacto visual con tu pareja durante todo el ejercicio. “A” sujetándote
suavemente tus genitales, habla como si fueses estos y explica que se siente al
vivir contigo mismo, comentando desde el punto de visto de los genitales como
ven la relación del portador con ellos mismos y con el sexo contrario.
“B” escucha, prestando toda su atención
y apoyo. “A” se toma unos 10 minutos, sin prisas, pudiendo cerrar de vez en
cuando los ojos para concentrarse en sus genitales, escudando lo que tienen que
decir.
Después de hablar, te abrirás de
piernas, te acaricias lentamente los genitales y los muestras a tu pareja. Si
sientes timidez, vergüenza o dudas, acéptalo, toma conciencia de ellos pero no
detengas el ejercicio. Mantén el contacto visual. Cuando afloran a la
superficie sensaciones de incomodidad, es probable que notes contracciones, en
ese momento, extiende tu respiración, libera la energía y elimina el miedo.
Dedica tres minutos a mostrar tus
genitales a tu pareja.
Seguidamente “B” agradece este
maravilloso regalo, y se acerca a su pareja durante unos minutos, Acabando con
una salutación sincera y un abrazo de fusión.
Luego se intercambiaran los papeles,
siguiendo el mismo proceso.
Este diálogo permite que la pareja se
compenetre, no solo con sus propios genitales sino también con los del otro,
despejando malentendidos e impulsando la alegría e inocencia.
Cuando el que habla o el que escucha
siente vivir momentos difíciles, respirando profundamente ante estas
situaciones incomodidad, la vergüenza o culpabilidad desaparecerán y se
profundizará la intimidad. En estos momentos, es importante no mostrase
críticos ni con uno mismo ni con el otro. No has de interrumpir el ejercicio
hasta que haya finalizado.
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