Consulta de psicología y sexología

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viernes, 7 de marzo de 2014

BALANCEO DE LA PELVIS

Al bombear el PC y practicar la respiración sexual, la excitación se extiende automáticamente por la zona de la pelvis, creando un movimiento de balanceo. Se trata de un movimiento básico que desencadena el reflejo orgásmico en el cuerpo.      
Practica el balanceo pelviano fuera del contexto sexual, desentumeciendo los músculos entre el hueso sacro y los de las caderas. Combinado con el bombeo del PC y la respiración sexual, te proporcionara un medio enérgico de extender la energía sexual por todo el cuerpo. Haz primero este ejercicio en solitario, después te indico como hacerlo en pareja.
Necesitaras un cojín o preferiblemente un zafu japonés (cojín redondo), o bien unas mantas enrolladas de forma apretada, atadas.
Si notas tensión en la parte superior de la espalda, pedirás a tu pareja que te haga un masaje en el cuello y hombros o te prácticas un automasaje sobre los hombros y la parte inferior del cuello, como preparación para el ejercicio. O bien, túmbate en el suelo con una pelota de tenis debajo de la parte superior de la espalda, y desliza lentamente la columna vertebral y el cuello sobre la pelota, manteniéndote relajado, respirando profundamente a través de la boca, suspirando al espirar y dejando que todo el peso del cuerpo descanse sobre la pelota.
Antes de iniciar el balanceo pelviano, intenta hacerte a la idea de que cualquier cosa que se produzca en el ejercicio está bien, no te has marcado ninguna meta. Para conseguir un estado de ánimo relajado, te ayudará una música suave y sensual, la música derviche Mevlana (de los encantadores de serpientes), o el rumor del mar.
Para aprovechar el ejercicio, practica con el estomago vacío, ya que la pesadez en esta zona impedirá que la energía fluya libremente por la pelvis. Has de practicar previamente los ejercicios de estiramiento en cuclillas, el estiramiento formando cuadrado y el movimiento pelviano. El ejercicio durará unos 30 minutos. Primero se practica en solitario durante diez días y después se puede hacer en pareja.
Arrodíllate en el suelo al estilo japonés, con los pies bajo las nalgas, las piernas paralelas al suelo, los dedos de los pies apuntando hacia abajo. Coloca el zafu vertical entre los muslos y siéntate a horcajadas sobre él de forma que aguante la pelvis al presionar el perineo (la zona situada entre los genitales y el ano). En esta postura, la espalda tiene un buen punto de apoyo y puedes balancear la pelvis.
Hay que asegurar que el perineo descanse en la superficie del cojín. En el hombre, presionará la parte posterior de los testículos. El vientre quedará suelto. Sin cinturón que lo oprima.
Mantén la columna vertebral y el cuello rectos y el cuerpo relajado, especialmente los hombros y mandíbula. Agita un poco los hombros y abre completamente la boca para aliviar la tensión.
Coloca las manos en el regazo de la forma que te parezca más cómoda. Cierra los ojos. Recuerda alguna ocasión, de cuando eras niño, en que hubieras disfrutado con algún movimiento de balanceo, rítmico, o movimiento ondulatorio. Es probable recordar cuando montabas en un tiovivo, o balanceándote sobre la pierna de un adulto, o te columpiabas en un balancín, o de montar en bicicleta o en poney. De niños, probablemente, respondías a esta sensación balanceando la pelvis.
Balanceo pelviano, bombeo del pc y respiración sexual.
Inspira con los labios fruncidos, como si estuvieras chupando una pajita e imagina que respiras por medio del centro sexual, extrayendo energía al tirar la pelvis hacia atrás y realizar el bombeo del PC. Espira imaginando que respiras a través del centro sexual, expulsando la energía al girar la pelvis hacia delante y relajar el músculo PC. Sigue practicándolo durante cinco minutos.
Cuando comiences a sentirte excitado, crea la imagen mental de que, a través de la respiración, estas extendiendo esta sensación a toda la zona pelviana. Concéntrate en el balanceo pelviano, asegurándote que el pecho permanezca inmóvil.
Si la postura te resulta incómoda, puedes añadir otro cojín para sentarte, incluso puedes utilizar un taburete.
Imagínate en aquella situación y reproduce el movimiento, el suave balanceo hacia delante y hacia atrás de la pelvis. Notaras el ligero movimiento al rozar los genitales con el cojín. Manteniendo los ojos cerrados.
Sigue hasta encontrar el movimiento rítmico y luego acelera el compás, respirando más deprisa al acelerando el balanceo. Sigue durante unos cuantos minutos, intensificando el ritmo hasta que notes un ligero hormigueo en los genitales.
Centra la atención en los genitales y disfruta de esta sensación, buscando la forma de realzarla. Probablemente te apetecerá aminorar el ritmo durante un momento, realizar un balanceo y una respiración más lenta, para volver a acelerar de nuevo. Recuerda el movimiento rítmico o la experiencia de montar un poney para dar más realce a las sensaciones de los genitales. Disfruta de ellas y relájate en ellas al balancearte hacia delante y hacia atrás.
Imagina que la pelvis está sujeta a una barra horizontal que pasa por tus caderas. Balancea la pelvis como si estuviera sujeta de esta forma. Libre para el movimiento hacia delante y hacia atrás pero incapaz de subir y bajar. Mantén el resto del cuerpo relajado e inmóvil, sobre todo los hombros y el cuello.
Notaras el balanceo en los genitales, el ano y el perineo, y los friccionaras contra el cojín. Familiarízate con esta forma de balanceo. Te excitarás. De modo juguetón, al igual que un niño descubriendo las sensaciones sexuales por primera vez. Sigue de cinco a diez minutos.
Acompasa la respiración con el movimiento. Mantén la imagen de la barra horizontal a través de la pelvis, inspira al balancear la pelvis hacia atrás, y espira al balancearla hacia delante. Puedes respirar con la nariz o la boca. Continúa el balanceo pelviano observando la respiración unos minutos.
Cuando notes que se ha producido la coordinación, conecta la respiración y el movimiento a las sensaciones de los genitales. Al balancearte lentamente hacia atrás, inspira profundamente y contén el aliento unos diez segundos. El movimiento de la pelvis hacia atrás debe ser suave a fin de que la parte inferior de la espalda y el vientre se mantengan sueltos y relajados. Tendrás la sensación de haber llenado el vientre de aire y de que éste está casi tocando los genitales. Cuando hayan transcurrido diez segundos, lo sueltas, espirando lentamente a la vez que balanceas la pelvis hacia delante. Repite esta profunda “respiración del vientre” durante dos o tres minutos, utilizándola para abrir una conexión entre la respiración y el centro sexual.
Notaras cómo penetra cada vez más profundamente el aire en la pelvis. Al espirar, emite un sonido o suspiro parecido a “¡Aaaah!”. Notaras la relajación y la soltura que te produce este sonido.

Cuando veas que dominas este balanceo pelviano, lo incorporas al bombeo del PC. Contén el aliento durante tres segundos. Espira, balanceando la pelvis hacia delante y relajando el músculo PC. Sigue durante cinco minutos. Mantén la atención centrada en la conexión entre genitales y respiración. Cuando la respiración del vientre se relacione con la sensación placentera que experimentas en los genitales, las dos impresiones se interrelacionarán y experimentarás una expansión del placer en toda la zona genital. A través de la respiración y el balanceo investiga diversas formas de estimular las sensaciones placenteras, como el hormigueo o cosquilleo en le perineo, en el interior de la vagina, en el clítoris o el escroto.

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