Consulta de psicología y sexología

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viernes, 7 de marzo de 2014

MASAJES SENSUALES

La belleza viene del espíritu, es el espíritu el que “viste” al cuerpo y no la ropa que le añadimos. El cuerpo es nuestro templo, la morada de una divinidad singular: nosotros mismos. Como responsables de este templo, le rendimos homenaje y mantenemos alto su espíritu procurando que esté limpio y sano, a fin de que pueda albergar la divinidad que habita en su interior.
El cuerpo es capaz de crear una potente carga de energía. Pero es incapaz de contenerla durante un periodo indefinido sin verse lesionado. La carga ha de liberarse si quieres que el cuerpo funcione armónicamente. La carga, descarga y recarga de energía simbolizan el ciclo natural de la vida.
Una buena forma de relajarse en pareja a la vez que se disfruta del contacto físico, son los masajes; pero para dar un buen masaje se requiere una adecuada formación para evitar provocar efectos no deseados (por ejemplo, nunca debe masajearse la columna vertebral sin los conocimientos adecuados).
Por estos motivos te recomiendo unas formas sencillas de masaje para novatos. Puedes utilizar aceites de masajes, música relajante y en un recito cálido donde no os puedan molestar.
Podéis desnudaros el uno al otro en la habitación que previamente habréis acondicionado al efecto, con luz tenue y adecuadamente aclimatada.
Uno comienza siendo el receptor y permanecerá desnudo y el otro el actor que usará ropa ligera. Primero el hombre concentrado el su cualidad interior, pondrá música acogedora y se sentará reposadamente esperando a su pareja. La mujer entra concentrada en su cualidad interior cuando oiga la música. Os miráis el uno al otro con aprecio, desechando las preocupaciones pasadas y futuras.
Comenzar con una salutación sincera y un abrazo de fusión. Lo podéis realizar tumbados en la cama cómodamente o sobre un colchón o una alfombra mullida. El que ha de actuar ayudará a tumbarse al receptor con delicadeza.
El receptor cierra los ojos y se centra en las sensaciones táctiles sobre su cuerpo, se trata únicamente de cultivar la potencia de sentir y disfrutar de todo tipo de sensaciones corporales, sin necesidad de consumar estas sensaciones placenteras con la estimulación sexual directa.
Descansar unos minutos después del masaje y acabar con un abrazo de fusión. Posteriormente, sentados frente a frente, el receptor comenta en qué momento ha disfrutado más y lo que más le gusta.
·                   Mientras que uno está tumbado boca abajo, el otro le masajea todo el dorso de su cuerpo mediante unas pelotas granuladas (como las que se venden para jugar los perros), luego se puede pasar a la parte frontal.  Y posteriormente, se invierten los papeles y se masajea a la otra persona.
·                   Utilizando plumas largas, delicadas (preferible de pavo real). El actor acaricia lentamente cada parte del cuerpo de la pareja con la pluma, primero alrededor de los hombros y cuello y descendiendo suavemente, de forma sensual, a lo largo del cuerpo, finalizando con la cabeza. Mientras lo haces has de respirar profundamente, transmitiendo de forma consciente la energía de tu corazón (cuidados, aprecio amor), para que fluya a través del brazo hasta la pluma, procurando que las caricias sean sutiles. Rozando zonas inesperadas y muy sensibles (orejas, interior de los codos, muñecas, manos, tobillos, interior de los muslos), o rompiendo la secuencia de forma inesperada. El receptor expresará sus emociones por medio de suspiros y sonidos que reflejen lo que está sintiendo. Mueve el cuerpo lenta y sensualmente, apreciando las caricias. Luego, cambiar los papeles.
·                   Con las yemas de los dedos. El que ha de actuar se frotará enérgicamente las palmas de las manos para crear calor y energía. Con las yemas de los dedos rozarás suavemente todo el cuerpo de la pareja, con un roce sutil, prácticamente sin tocar la piel.
Puedes dibujar pequeños círculos y trazos en la superficie de la piel. Sigue el ritmo de las respuestas de tu pareja. Toca todas las partes eróticas del cuerpo: detrás de las orejas, los párpados, encima y debajo de los ojos, los labios, el interior de los codos, las muñecas, las palmas de las manos, alrededor y encima de los pezones, el ombligo, la zona púbica, el interior de los muslos, detrás de las rodillas, la parte interior de los tobillos, debajo de los pies,... Luego te sitúas de pie, con una pierna a cada lado de la cintura de tu pareja, mirándole a la cara, inclínate hacia abajo y con ambas manos frota vigorosamente el cuerpo desde el ombligo, hacia el pecho, los hombros y los brazos, con movimiento uniforme y fluido, inspirando y espirando al hacerlo. Repite los movimientos tres o cuatro veces. Sitúate con las piernas abiertas a la altura de las piernas de la pareja y realiza los movimientos, ahora desde el ombligo y descendiendo hacia la pelvis, los muslos, piernas y pies. Luego cambiar los papeles.
Si os sentís excitados sexualmente, piensa que estas sensaciones sensuales y sexuales son agradables por sí mismas, y no siempre exigen pasar al contacto sexual, no hay necesidad de consumar estas sensaciones placenteras con la estimulación sexual directa.

Después de realizar estos ejercicios, dedicar unos minutos para comentar vuestras reacciones. Cada uno explicará lo que ha sentido mientras que el otro escucha poniéndose en su lugar, intentando entender lo que está expresando y sintiendo.

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