Iniciaras la experiencia en pareja. Para
este ejercicio has de tener el aliento fresco.
Os sentáis frente a frente de rodillas
al estilo japonés. El cuerpo relajado, el vientre suelto, respirar de forma
conjunta con la pareja por la boca. Os miráis un instante y después realizáis
una salutación sincera. Cerráis los ojos. Realizáis el balanceo pelviano
durante tres minutos.
Cuando hayáis conseguido el ritmo y os
hayáis concentrado en vosotros mismos, abrir los ojos, mira a tu pareja,
continuando el balanceo. No hace falta acompasar los movimientos pelvianos
inmediatamente. No dejéis que os afecte ningún temor, opinión o comparación, se
trata de algo lúdico y divertido.
Cuando os sintáis a gusto, empezar a
compenetraos mutuamente en ritmo y energía. Tratando de encontrar la forma de
acompasar los movimientos para poder respirar y balanceaos al unísono. Fijaos
en cuál de los dos tiene la respiración más lenta o más rápida. Para conseguir
un único ritmo, cómodo para los dos. Tomaos el tiempo suficiente, manteniéndoos
relajados. Podéis hablar de cualquier punto que necesite aclaración respecto a
los ritmos de respiración y de movimientos.
Os acercareis mutuamente y os cogeréis de las manos,
notando una sensación de confianza mutua. Iniciar la contemplación del alma
(ver más adelante), con la mirada fija en el otro, inspirando juntos,
balanceando la pelvis hacia atrás, con la sensación de que os estáis “bebiendo”
a la pareja. Espirar al mismo tiempo, balanceando la pelvis hacia delante, con
la sensación de entregaos, de entregar vuestra energía, a la pareja, seguir así
durante 5 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario