Consulta de psicología y sexología

Consulta de psicología y sexología
www.espaiterapeutic.com

viernes, 7 de marzo de 2014

LA MUSCULATURA PUBOCOCCÍGEA

La vagina se apoya en los músculos de la pelvis, que dibujan una especie de ocho alrededor de la vagina, la uretra y el ano. El mayor de estos músculos es el pubocóccigeo o músculo PC, que conecta la parte anterior de la pelvis con la parte inferior de la columna vertebral. La musculatura pubococcígea está formada por varios músculos, este conjunto forma el denominado músculo pubococcigeo, pues casi siempre actúan conjuntamente.
Este músculo se origina en el hueso del pubis en su parte anterior hasta el cóccix. En los seres humanos el músculo pubococcigeo sostiene el ano y los órganos internos adyacentes e impide que se aflojen. Buena parte del músculo pubocoxigeo tiene ramificaciones nerviosas del nervio pudendo que recibe los estímulos de la zona que rodea el clítoris, los labios, la abertura vaginal y el ano, y transmite señales al cerebro. A la inversa el nervio pudendo transmite señales desde el cerebro al músculo pubocoxigeo y da lugar a contracciones rítmicas que se asocian con el tipo de orgasmo común.
La parte más profunda del músculo, es decir el tercio superior situado más hacia adentro y más cerca del útero, también esta inervado por el nervio pelviano que une la vejiga y el útero con la columna vertebral. Las variaciones ente las ramificaciones nerviosas en los diferentes individuos puede explicar algunas de las amplias variaciones en la respuesta orgásmica.
El músculo pubococcigeo puede tener dos tipos de problemas, debilidad o tensión; la debilidad es a menudo la causa de falta de sensibilidad; y la tensión puede manifestarse en forma de vaginismo, en este caso el músculo pubococcigeo se contrae con tanta fuerza ante la proximidad del pene que la penetración resulta difícil, dolorosa o incluso imposible.
Mediante ejercicios adecuados, como los descritos por Arnold H. Kegel, es posible fortalecer la musculatura pubococcígea o relajarla. El adecuado funcionamiento del músculo pubocoxigeo es fundamental para la obtención de cualquier tipo de orgasmo. Estos músculos se contraen y se ensanchan al hacer el amor y acariciar el pene y transmiten indicios de placer al cerebro a través del sistema nervioso. Durante el orgasmo, las contracciones se intensifican y se convierte en espasmos involuntarios y muy placenteros.
La fuerza del músculo pubococcigeo de una mujer está directamente relacionada con su capacidad de alcanzar el orgasmo a través del acto sexual. Las mujeres pueden aprender a reforzar sus músculos pubococcígeos o a relajarlos de la tensión excesiva. Los hombres también pueden aumentar la fuerza de sus músculos pubococcígeos y aprender a alcanzar orgasmos múltiples y a separar el orgasmo de la eyaculación.
Para distinguir este músculo y su funcionamiento, cuando estés orinando contén momentáneamente la orina, ese músculo que contraes es el pubocoxigeo; y lo mismo ocurre en la defecación.
Para la valoración adecuada, Whipple y Perry proponen cuatro pasos: Tiéndete de espaldas y utiliza un espejo para contemplar tu área vaginal. Cuando te encuentres a gusto y te hayas familiarizado con lo que estás viendo, empieza alternativamente (primero lo uno y luego lo otro) a presionar hacia arriba (como si estuvieras conteniendo la orina) y a empuja hacia abajo (como si fueras a defecar). Si posees un buen control y unos músculos razonablemente fuertes, deberás ver que el perineo se mueve hacia adentro y hacia afuera en respuesta a tus órdenes. Mientras contemplas esta zona observa si tu estómago, tus nalgas y los músculos de tus muslos se mueven simultáneamente. Si esto sucede es que no has aprendido a mover aisladamente el músculo pubococcigeo. Deberás tratar de aislarlo del movimiento de otros músculos, pues sólo así podrás ejercitarlo adecuadamente.
También, utilizando un espejo. Primero gira la pelvis y separa las piernas de tal forma que se abra ligeramente la entrada vaginal. Una vez logrado esto, trata de abrirla y cerrarla un poco mediante la contracción y relajación del músculo pubococcigeo. Si no pueden cerrarlo evidenciará su debilidad, y si no puedes abrirlo demuestra tensión pelviana crónica.
Introduce un dedo en la vagina, posteriormente contrae y relaja alternativamente el músculo pubococcigeo. Las paredes vaginales son relativamente uniformes, pero mediante la utilización de los dedos podrás ser capaz de localizar el músculo pubococcigeo por debajo de la superficie y todo alrededor, a una distancia de dos centímetros y medio a cinco centímetros de la entrada. En cada punto, contrae el músculo pubococcigeo y comprueba si tu dedo puede notar algún movimiento. Un músculo en buen estado puede tener un grosor de tres dedos (5 cm. aprox.), mientras que un músculo débil puede ser estrecho y delgado como un lápiz.
Después de utilizar un dedo, prueba con dos dedos. Introduciéndolos a la mayor profundidad que te sea posible. Después separa los dedos como si abrieras unas tijeras. Contrayendo el músculo pubococcigeo fuertemente (como tratando de detener la orina antes de terminar) trata de obligar a tus dedos a juntarse. No muevas voluntariamente los dedos ni de opongas resistencia, trata de olvidarte de ellos. Si puedes lograr que se cierren, demostrará que funciona adecuadamente.
Es conveniente utilizar un elemento de resistencia para ofrecerle al músculo algo que apretar. Este elemento puede ser el pene de tu pareja, un consolador, o dedos. Necesitas algo firme, pero que pueda ceder un poco. También es posible comprar pesas o bolas específicamente diseñadas para la vagina de la mujer.
Reserva tiempo para practicar dos sesiones de quince minutos cada día. Utilizando tu elemento de resistencia, contrae el músculo PC y sostén la fuerza durante tres segundos para después soltar y relajarte durante otros tres segundos. Si no logras aguantar los tres segundos enteros, hazlo durante uno o dos segundos. Con la práctica, deberás ser capaz de ir aumentando gradualmente hasta llegar a los diez segundos, y siempre deberás relajarte la misma cantidad de tiempo entre cada contracción. Practica con series de diez contracciones y relajaciones, y después aprieta y relaja sucesivamente el músculo tan deprisa como te sea posible y durante tanto tiempo como puedas. Avanza de manera gradual para no forzarlo.
Los ejercicios del músculo PC sin un objeto de resistencia también son extremadamente efectivos y puedes practicarlos, de manera inadvertida, en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier posición. Algunas mujeres encuentran estas contracciones muy estimulantes sexualmente, lo que puede reflejarse en su respiración o en el rubor de sus rostros.
Cuando estés familiarizada con la sensación de contraer y relajar el músculo PC podrás variar la duración de las contracciones y los relajamientos, así como el número de repeticiones, e incorporar la respiración a este ejercicio. Comienza inhalando y contrayendo el músculo de 5 a 10 segundos y después exhala mientras lo relajas. A continuación, repite el mismo ejercicio pero esta vez invierte la respiración, de manera que exhales al contraer el músculo e inhales al relajarlo. Después, prueba a hacer palpitar tu músculo, contrayéndolo y relajándolo tan deprisa como te sea posible, durante tanto tiempo como puedas.
También resulta útil practicar las contracciones del músculo PC con el pene de tu pareja, al tener relaciones sexuales, y preguntarle si puede sentirlas. Contraer tu músculo PC contra el pene cada vez que él tire hacia fuera creará una especie de succión de las paredes vaginales, aumentando la estimulación y el placer para ambos.
Tanto los hombres como las mujeres han de contraer el músculo PC entre 10 y 15 veces al día durante una semana. Y más adelante hasta 30 veces al día. Después de 10 días de práctica regular notaras que los genitales han adquirido más sensibilidad.
Con un músculo PC bien desarrollado encontrarás nuevas delicias que te estaban esperando, tanto al darte placer con un consolador como en las relaciones con tu pareja. A medida que el pene de tu pareja penetre tu vagina, contrae rítmicamente tus músculos contra su cabeza.
Mientras te penetra lentamente, contrae tu músculo PC rítmicamente como si estuvieras chupando su pene con tu vagina. Cuando él esté entrando y saliendo, relaja los músculos cuando empuje y apriete tu músculo PC cuando salga.
Cuando practiques las series de nueve (ver más adelante) con tu pareja, aprieta el músculo PC cuando él salga y durante las penetraciones poco profundas y aprieta de manera continua cuando él se mueva adentro y afuera durante las penetraciones profundas.
Estos ejercicios, en el hombre, estimulan el flujo de sangre hacia el pene, reforzando su potencial de erección y su capacidad para experimentar el placer. En la mujer, consiguen que tenga más capacidad para mantener firmemente el pene en el interior de la vagina, lo cual aumenta las sensaciones eróticas de la pareja.
Técnica de vibración.
Comienza contrayendo y relajando el músculo PC a base de vibraciones rápidas y cortas. Al principio, es probable que contraigas involuntariamente los músculos abdominales y el ano, al ser incapaces de distinguir estos músculos. Algunos incluso contraen los hombros. Se trata de activar el músculo PC y mantener los demás relajados. Hay que centrar la atención en la zona entre los genitales y el ano, mediante vibraciones cortas y rápidas con el músculo PC hasta que lo tengas totalmente localizado.
Inspira, contrayendo el músculo PC al hacerlo, mientras mantienes el resto del cuerpo relajado, especialmente los hombros. Al espirar, relaja el músculo PC. Repite la cadencia unos tres minutos, con tu ritmo de respiración normal. Al cabo de un rato notaras un leve cosquilleo u hormigueo, sensaciones de calor, frío, disminución o extensión en la zona genital, son pruebas de que el ejercicio da resultado.
Técnica de bombeo.
Contrae el músculo PC al inspirar. Cuando hayas inspirado plenamente, contén el aliento y contrae seis segundos. Imagina que deseas orinar y que intentas aguantar con la vejiga llena. Esto realzará la experiencia con el músculo PC. Espira, relajando el músculo PC, aguantando ligeramente como si fueras a expulsar la orina o tuvieras una contracción de intestino. Repite la cadencia durante cinco minutos.
Las mujeres pueden aumentar su sensibilidad utilizando las imágenes mentales. Puedes intentar imaginar que tu vagina es una boca que, por medio de la válvula PC, succiona lentamente una ciruela, succiona lentamente desde la abertura vaginal hacia el interior. Cuando tengas bien centrada esta imagen, piensa que la vagina está chupando, besando, lamiendo al pene.
Los hombres, al realizar el bombeo del músculo PC, se imaginarán que tienen el pene frente a la vagina. Con cada uno de los movimientos de bombeo, están acumulando potencia para la penetración, aumentando la resistencia, mostrando la virilidad, acercándose a la entrada de la vagina, estimulando los labios externos, empujando suavemente hacia dentro. En el momento de la penetración, hay que centrarse en el movimiento de bombeo.

Has de notar el efecto de expansión de la respiración en el movimiento rítmico del bombeo del PC. Has de contraer el músculo PC entre 10 y 15 veces al día durante una semana. Y más adelante hasta 30 veces al día. Después de 10 días de práctica regular notaras que los genitales han adquirido más sensibilidad. 

No hay comentarios: