Consulta de psicología y sexología

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viernes, 7 de marzo de 2014

JUEGOS PARA MEJORAR TU SEXUALIDAD

EN ESTE BLOG PUEDES ENCONTRAR DISTINTAS ACTIVIDADES PARA APLICARLA EN TUS RELACIONES SEXUALES, LAS ENTRADAS QUE CONTINUAN ESTAN PLANTEADAS PARA A YUDAR A RESOLVER PROBLEMAS SEXUALES ESPECÍFIOS, PARA ELLO BASTA CON SEGUIR LAS PAUTAS QUE SE INDICAN.
Principalmente se vive la sexualidad como una relación entre personas, ya se trate de una vinculación duradera o de un encuentro ocasional. En gran parte de las relaciones sociales interviene algún componente sexual, sin que necesariamente sea manifiesto el contacto físico. Esto es aún más evidente si en estas relaciones intervienen sentimientos de identidad, aceptación y aspectos emocionales, pues a través de los demás podemos llegar a conocernos a nosotros mismos.
El sexo puede ser reproductivo, relacional (expresión de amor y vinculación), o recreativo (juego y diversión). La mayor parte de los problemas que se les plantean a los seres humanos relativos al sexo nacen de la confusión entre estas tres modalidades y de la angustia consiguiente.
Toda relación sexual positiva es parcialmente relacional. Cuando es auténticamente positiva genera una relación, aunque sólo sea de compañerismo y gratitud, pues nadie quiere el placer sexual, ni siquiera entendido como juego, con alguien que no sea considerado y no demuestre cariño. Al mismo tiempo, puede expresar prácticamente cualquier cosa, desde la compenetración total hasta el simple retozo entre amigos. Lo importante es que todos estos aspectos son perfectamente válidos como interacción humana  siempre que los participantes compartan la noción del nivel de relación en que se desenvuelven.
Dada su capacidad de reforzar intensamente la vinculación, la actividad sexual puede modificar la actitud de la pareja y unirla más. Abre una serie de opciones lógicas ante las que el individuo adquiere la responsabilidad de evitar perjudicar a las personas más vulnerables. Para una persona de sólida constitución psicológica y con un alto nivel de autoestima, el sexo entendido como actividad recreativa y con una cierta dosis de ternura, es ciertamente positivo. Tratándose de una pareja, lo mejor es que esa actividad recreativa se incorpore a la propia relación de modo que se instaure una relación recreativa que abarque a los dos. Por encima de todo, no debe interpretarse mal el aspecto recreativo creyéndolo frívolo o abusivo. Más bien significa juego, cariño y ternura.
Los amantes deben hacer más que simplemente explorar mutuamente sus cuerpos, necesitan hundirse en la psique de la pareja y elevarse hasta las alturas del Espíritu. El amor físico nos ofrece numerosas oportunidades para descubrir cosas nuevas sobre nosotros mismos. En tanto que único acto capaz de otorgar vida, el amor sexual tiene un profundo significado místico.
La motivación egoísta no debe estar presente al hacer el amor, sino que debe existir un deseo de beneficiar al ser amado y de alcanzar los ideales espirituales. Este intercambio tiene lugar de manera espontánea y natural cuando dos personas se aman totalmente.
Con esta finalidad he realizado esta recopilación de textos extraídos de varios libros, gran parte de ellos fundamentados en las enseñanzas tántricas y taoistas. Tanto las enseñanzas tántricas como las taoístas presentan una iluminada concepción de la sexuali­dad que supondría una gran contribución para la cultura occidental. Tal actitud no sólo exige recon­siderar nuestra actitud con respecto al sexo, sino que ofrece un sistema práctico y evolutivo de vida, donde la sexualidad adquiere una finalidad espiri­tual.
Las tradiciones orientales siempre han mirado la sexualidad como una forma del arte que merece respeto. En lugar de considerarla un tabú, con to­das sus consecuencias negativas, el Oriente veía en este acto tan natural un acontecimiento propicio, venerable e incluso «afortunado». En estas concepciones de la sexualidad, las parejas encontrarán un vehículo ideal para llegar a la verdadera igualdad entre el hombre y la mujer. Libres de la frustración sexual, de las inhibiciones y sentimientos de culpa, las parejas se sienten cada vez más cerca el uno del otro, en lugar de separarse.
Tanto el tantra como el taoísmo enseñan que las actitudes y prácticas sexuales incorrectas son la causa oculta de problemas tanto psicológicos, como físicos y espirituales. La sexualidad orientada de modo positivo ofrece el método más directo y armo­nioso para resolver dichos problemas. Cuando armonizamos nuestra sexualidad con nuestra espiritualidad natural, se abre ante nosotros toda una nueva dimensión de la realidad. Afirma­mos con toda seguridad que la sexualidad creativa y libre de sentimientos de culpa es una panacea para muchas de las enfermedades psicológicas modernas.
A la hora de seguir estos textos como manual práctico de sexualidad, no hay que desalentarse si el progreso parece demasiado lento. Los avances manifiestos llegarán una vez que se ha alcanzado un alto nivel de com­promiso y un auténtico deseo del éxito. Intenta desarrollar un sentido dinámico de la expectación, así como una actitud abierta y consciente respecto a la propia sexualidad y la de la pareja.
El sexo puede engañar o liberar, dependiendo del grado de conciencia de quien lo practica. La iniciación sexual consiste en entregar la propia sexualidad a otra persona. Cuando una persona acepta el acto sexual como un regalo, se dan intercambios a varios niveles: un intercambio físico y una mezcla de secreciones, un intercambio psicofísico de energías y polaridades vitales, un intercambio psicológico de actitu­des, un intercambio kármico a través de la convergencia de destinos, un intercambio espiritual, una comunión entre los espíritus. A su nivel más alto, todos estos intercambios incrementan la calidad de la pareja.
Cuando seas capaz de apreciar al sexo y el amor como acto de adoración mutua, sabrás que besar, tocar y acariciar son componentes esenciales del ritual de adoración. Al tocar y acariciar te mantienes en contacto contigo mismo y con tu pareja. Por medio de las caricias la energía fluye hacia nuestros cuerpos y a través de ellos, manteniéndonos vivos, despiertos y agradecidos.
Para que el juego amoroso tenga éxito, debe experimentarse como un momento de placer erótico mutuo o de adoración suprema, no como una tarea que se deba llevar a cabo para así llegar al coito y mucho menos realizarlos como ejercicios terapéuticos; si no como una actividad agradable, íntima y compartida. Y el sentimiento de controlar suavemente y disfrutar con el goce de tu pareja extenderá e intensificará tu propio placer.
La regla para asegurar que todo resulte satisfactorio para ambos,  es muy sencilla no fuerces a tu pareja a hacer nada que él o ella encuentre desagradable o incómodo. No tengas miedo de pedir lo que deseas o de preguntarle a tu pareja qué es lo que él o ella quiere. No se espera que nadie conozca los deseos de otra persona por completo, así que dialoga y dile al otro qué os provoca placer y qué os resulta incómodo.
Este manual es útil tanto para el profesional como para cualquier personas que busque un método de aprendizaje sexual que le ayude a conocer mejor su cuerpo en relación intima con otras personas y, que a la vez le sirva como guía en la corrección de los problemas sexuales.
En cuanto a los problemas sexuales, lo más importante no es su organicidad, sino el desconocimiento por parte de cada uno de las propias posibilidades y recursos, o de los posibles bloqueos emocionales que pueden estar provocando esos problemas.
Dado que la sexualidad es una vivencia compartida con otra persona, es esencial el papel de la pareja en la solución de los problemas sexuales y relacionales, por ello la mayoría de las practicas que aquí se exponen requieren de la implicación de ambos miembros de la pareja, sin que esto impida que este manual sea igualmente útil a aquellos que no tienen una relación fija, pues pueden aprender a hacer participar en el juego erótico a sus posibles encuentros ocasionales o futuras relaciones estables.
A veces se puede interpretar la sexología científica como un conjunto de pautas o técnicas especificas para conseguir unos resultados específicos, quedándose todo lo aprendido a nivel superficial de aplicación práctica sin modificar ni actitudes y los problemas subyacentes; por lo cual, con el tiempo los problemas vuelven a emerger y nos sentimos decepcionados. Por esto aquí quiero tratar de plantear la sexualidad como una vivencia profunda y relacional en la que implique un tratamiento integral tanto en base al propio crecimiento personal, como hacia la mejora de la relación interpersonal.
Consejos resumidos para el juego amoroso:
·        Tómate tu tiempo.
·        Relájate.
·        Saborea cada momento.
·        Puedes empezar con un masaje relajado y placentero para lograr una excitación suave.
·        Tocar el cabello y la piel crea un ambiente de intimidad.
·        Los abrazos de cuerpo entero generan calidez y ofrecen un sentimiento de seguridad.
·        Los besos largos, los mordisqueos suaves las caricias con manos, lengua o labios en zonas especialmente sensibles, son maneras seguras de excitar.
·        No centres todo el placer sexual únicamente en los movimientos coitales.
En el caso de los problemas sexuales persistentes, cabría descartar la posibilidad de que estos problemas puedan estar vinculados a trastornos o enfermedades orgánicas o psicológicas, así como a efectos secundarios de algún tratamiento farmacológico o al consumo de ciertas sustancias. Por lo tanto sería recomendable consultar con algún profesional especializado que pueda identificar estas circunstancias.

Como última recomendación, quiero advertir que, en el caso de utilizar este manual para resolver cualquiera de las problemas sexuales que aquí se tratan, es imprescindible respetar las pautas indicadas y seguir los procesos en los tiempos que se indican y no avanzar hasta haber logrado realizar las actividades previas con un grado adecuado de satisfacción, ya que el querer avanzar excesivamente rápido puede llevar a una falsa percepción de resultados positivos y por tanto a provocar recaídas en el problema y consiguientemente a sentimientos de frustración e ideas derrotistas. Ante estas situaciones es preferible consultar con terapeutas especializados en sexología.

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